miércoles, 6 de abril de 2011

SE-TAS-CON-LI-MON

Lo primero que procede es una explicación del título de este post.
En la rotación de Urología durante mi residencia, uno de los urólogos me enseñó esta regla nemotécnica para la descripción de la exploración de la próstata tras un tacto rectal.

SE: sensibilidad.
TAS: tamaño.
CON: consistencia.
LI: límites.
MON: movilidad.

Tal vez no parezca muy científico, pero a mi no se me ha olvidado y me ha sido útil desde entonces.


Y tras esta introducción, vayamos al grano. En estos días Vicente Baos ha subido a su blog El supositorio (siempre recomendable seguirlo, tenéis un enlace en la parte lateral) un estudio sueco publicado en el último número del British Medical Journal, cuyos resultados vienen a cuestionar la utilidad del examen mediante tacto rectal  y la medición del PSA en la reducción de la mortalidad por cáncer de próstata.
Podéis ver mejor descrito el estudio si os interesa en dicho blog, yo aquí os dejo la principal conclusión a la que llegaron los autores quienes afirman, después de 20 años de seguimiento que la tasa de muerte por cáncer de próstata no fue significativamente diferente entre los hombres en el grupo de cribado y los del grupo de control.


Por otra parte, la revista AMF (Actualización en Medicina de Familia) en su número de Enero de 2011  en la sección que titulan "El último año  de ..." y que dedican a Urología, publica el resumen de un artículo dedicado a evaluar la evidencia en relación con los beneficios y los riesgos de realizar cribado de próstata. Tras realizar una búsqueda bibliográfica de todos los ensayos clínicos sobre dicho tema publicados desde el año 2005 hasta  Julio de 2010 y seleccionar 6 de los 384 trabajos encontrados, añadiendo una revisión sistemática Cochrane que incluye una búsqueda completa de todo lo realizado previamente, la conclusión a la que llegan es que no se encuentran argumentos suficientes para recomendar el cribado, sea éste masivo, selectivo u oportunista (ni mediante PSA, ni mediante realización de tacto rectal).

Por último añadir las recomendaciones del PAPPS  (Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud) en relación  a este tema, que defienden la no existencia de evidencia científica suficiente para recomendar el cribado en personas asintomáticas.

Mi objetivo no es poner ni quitar rey. Muchos de los estudios es probable que tengan limitaciones metodológicas y, por otro lado, actualmente hay otros en marcha que los mejorarán.
Mi objetivo es poner sobre la mesa estos datos: no está  claro que el cribado de cáncer de próstata disminuya la tasa de muerte (y de eso se trataría) y tampoco parece claro si se debe realizar un cribado de cualquier tipo.
A ésto debemos sumar que no es fácil saber qué tumor prostático va a tener un comportamiento agresivo que lleve a provocar el fallecimiento del que lo padece y qué tumor no lo tendrá y el paciente morirá con él y no de él.
Así mismo hay que tener presente las complicaciones que se pueden generar durante el proceso diagnóstico (físicas y psíquicas) y las secuelas que se generan tras algunos tratamientos (incontinencia urinaria, disfunción eréctil, etc).

En mi opinión , cada vez más debemos informar a nuestros pacientes de forma adecuada sobre los beneficios y los riesgos del cribado y proceder en función de su decisión individual.
Lo más probable es que en un futuro alguien llegue a plantear (si es que no se hace ya en otros sitios) que el paciente firme un consentimiento informado antes de realizar dicho cribado. Todo se andará.

Ya sé que ahora es francamente difícil convencer a nuestra población masculina sobre este tema cuando se ha estado bombardeando por expertos en la materia, por nosotros mismos y por los medios de comunicación con las virtudes del PSA (de las virtudes del tacto rectal se habla menos).

De todas formas, no conviene olvidar que la medicina en no pocas ocasiones se comporta como un péndulo, y lo que ayer era claramente blanco, hoy es gris y mañana será negro (y si no que se lo pregunten a la prevención primaria de la dislipemia con estatinas,o a la autopalpación mamaria).
Por ello no debemos olvidar cómo se explora una próstata (recuerden SE-TAS-CON-LI-MON).




Raúl Soriano Carceller. MFyC C.S Tías (Lanzarote).

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