Los espectaculares avances en el tratamiento de las personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana han conseguido transformar a éstas en pacientes crónicos, y como tales debemos empezar a verlos en la consulta del médico de familia.
Con ello me refiero a que, al aumentar de forma exponencial su supervivencia, empiezan a presentar patologías similares a las de otros pacientes que de forma habitual tratamos. De la misma manera que con naturalidad resolvemos los problemas médicos que les surgen a los diabéticos, hipertensos, hipotiroideos, a los enfermos diagnosticados de parkinson o a los que han sufrido una enfermedad hematológica, debemos considerar hacerlo con los infectados por el VIH.
Tal vez el principal problema que nos puede surgir sea el riesgo de prescribir una medicación que interaccione con alguno de los tratamientos específicos del VIH, alterando su efecto (de todas formas es algo a tener presente en cualquier otra circunstancia, aunque quizás más en estos casos).
Por ello es importante, en primer lugar, que el paciente tenga claro qué medicación está tomando y, en segundo lugar, tener una herramienta de fácil acceso que nos resuelva el agobio de las interacciones farmacológicas.
Os dejo un enlace a una página llamada Interacciones HIV, muy útil para resolver dudas.
De todas formas, creo que siempre es posible llamar y preguntar a quien mejor maneja a estos pacientes, que generalmente suelen ser los internistas.
Espero que os ayude.
Raúl Soriano Carceller. MFyC C.S Tías (Lanzarote).
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